Cuando nos convertimos en padres debemos olvidarnos un poco de nosotros, solo un poquito...
deberemos poner nuestras discusiones en segundo plano, en privado, en donde aquellos oídos castos no escuchen palabras que puedan herir su pequeño corazón.
No es olvidarnos de nosotros, es cuidar a quien llegó a nuestra vida.
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